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Las endivias o endibias, ambas formas son correctas, se tratan de unos pequeños cogollos blanquecinos y de punta amarillenta. Emparentada con la escarola, esta hortaliza de origen belga también presenta un ligero sabor amargo y, al igual que la primera, son un estupendo aperitivo con el que preparar ensaladas y otros platos para abrir boca.

En realidad, el consumo de endivias viene de antiguo. Culturas como la egipcia, la romana o la griega eran muy dadas a su consumo, aunque es cierto que ellas se decantaban por la variedad silvestre que difiere de la que consumimos hoy en día.

No fue hasta el siglo XIX cuando empezó a cultivarse la endivia de hojas blancas que hoy vemos desfilar por nuestros mercados. Una vez más, la casualidad estuvo detrás de su creación. Así, en un pueblo cercano a Bruselas, un trabajador del Jardín Botánico se percató de que las raíces de la achicoria que permanecían enterradas desarrollaban unos cogollos de un color blanquecino con unas hojas tiernas. Por supuesto, no tardó en probarla y su sabor le gustó bastante.

De esta manera, la ciudad de Bruselas se convirtió en el epicentro del cultivo de una nueva variedad de endivia que se ganó el favor de la clientela. Hasta el punto de que su cultivo ha traspasado fronteras y se ha afincado en Francia, Holanda, Portugal y, por supuesto, España, donde también esta verdura ha encontrado devotos consumidores.

El mejor momento para consumir la endivia es en otoñoinvierno puesto que se trata de una planta que se desarrolla en época de frío, aunque es posible hallarla en el mercado durante todo el año. Así, esta hortaliza es idónea para servir acompañada de productos como anchoas, queso, jamón y otros aperitivos.

Es habitual que lo distribuyamos en ensaladas, pero es muy recurrente darle salida como entrante o aperitivo, También se ha convertido en una gran aliada de quesos intensos, como un roquefort.

 

Propiedades nutricionales

Aunque la endivia es una hortaliza de escaso aporte energético y nutritivo, aporta hidratos de carbono y proteínas necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Además, es un alimento rico en fibra, necesaria para combatir el estreñimiento y regular el tránsito intestinal.

También cuenta con potasio, indispensable para el buen funcionamiento del sistema nervioso; así como hierro, que previene la aparición de anemias.

La endivia es un alimento diurético que ayuda a depurar líquidos. Esto es importante en dietas destinadas a combatir problemas de obesidad, puesto que permite adelgazar al aumentar el flujo de orina.

Por otro lado, presenta abundantes vitaminas como la E, B1, B2, B3, B6, B9 (ácido fólico), además de provitamina A y una pequeña cantidad de vitamina C. También proporciona minerales como el potasio, el zinc, el cobre y el manganeso.

Cabe destacar su alto poder antienvejecimiento dado su alto contenido en vitamina C, que actúa sobre el sistema nervioso sintetizando serotonina, interviene en la formación de colágeno, estimula la fagocitosis y mejora la biodisponibilidad del hierro. Y esto sumado a la acción sinérgica del retinol, la vitamina E y C y su alto contenido en zinc, obtendremos una auténtica bomba antiaging formada por antioxidantes.

Por último, la inulina contenida en la endivia favorece la absorción de calcio en los huesos, alivia el estreñimiento, combate el colesterol y proporciona alivio a las enfermedades inflamatorias del intestino como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Endivias

Principales beneficios de las endivias

Ayuda a regular el azúcar en sangre

Esta hortaliza tiene una función excepcional para diabéticos o para aquellas personas que quieren ayudar a su organismo a regular el azúcar en sangre, ya que hay momentos en los que comemos más dulces, como, por ejemplo, en Navidad, en los cumpleaños, en las vacaciones, etc.

Estas hortalizas favorecen la regulación del azúcar en sangre, algo de vital importancia para nuestro organismo, así como otras funciones también importantes como son la coagulación de la sangre, la formación de tejidos, cuidan la visión, los huesos, el pelo, e incluso crean hormonas sexuales.

Protege de enfermedades degenerativas

Comer endivias con cierta regularidad podría ayudar a retrasar las enfermedades degenerativas propias de la edad. Esto se debe a los fitocompuestos de la hortaliza como es la intibina, los favonoides y los taninos.

La acción conjunta de esos compuestos consigue protegernos del desarrollo de enfermedades degenerativas. Hacemos un recordatorio, y es que no se trata de un remedio milagroso, sino que aporta una pequeña ayuda para protegernos frente a enfermedades degenerativas.

Para perder grasa y toxinas

En los valores nutricionales hemos visto que las endivias son casi todo agua, de ahí que sean magníficas aliadas a la hora de hidratarnos y ayudarnos a eliminar toxinas y grasas. Eso se debe a que ayudan a los riñones en sus labores de limpieza, es por esto que, si comemos varias hojas de endibia, notemos que vamos varias veces al baño.

Esta hortaliza se incluye en la gran mayoría de dietas de adelgazamiento y es que precisamente nos ayuda a perder grasas de forma «fácil». Recordemos que para que los resultados sean más eficaces, debemos tener una dieta saludable y variada, y practicar algún tipo de actividad física de nivel moderado varias veces por semana.

Las endivias son cardiosaludables

Esta hortaliza de color blanco, sabor amargo y tacto crujiente es cardiosaludable por dos motivos principalmente. Por un lado, ayuda a reducir el colesterol malo por lo que se recomienda su consumo diario o varias veces por semana y, además, ayuda a aumentar los niveles de colesterol bueno.

Por otro lado, su contenido en potasio, ayuda al organismo a regular la presión arterial. Es por esto por lo que se recomienda su consumo para pacientes con problemas de tensión, sobre todo con hipertensión

Contra indicaciones de comer muchas endivias

Realmente las endivias no son tóxicas ni existe un límite de consumo, más allá de ser conscientes de que puede provocarnos diarreas por su alto contenido en fibra y si lo mezclamos con otros ingredientes ricos en fibra, pues podemos crear una situación algo desagradable.

Otra posible contraindicación es que la endivia nos siente mal, cosa muy poco común, pero que puede suceder.

La acción diurética también se pone en contra nuestra, ya que, si tenemos algún problema renal el sobre esfuerzo que realizan los riñones puede ser contraproducente. Además, el hecho de ayudar a eliminar toxinas y restos, puede hacer que nuestros valores de minerales y vitaminas se reduzca, por lo que habría que compensarlos.

¿De dónde procede su amargor?

La respuesta la encontramos en la lactucina y la cumarina. Estas dos sustancias tienen fama de ofrecernos un gran poder antiinflamatorio y, al parecer, excelentes para incluir en la dieta de las personas aquejadas de artritis o gota.

El culpable de su amargor es el corazón de la endivia, el tronco central que tiene forma de cono y que se sitúa en la base de la misma. Retirando esta parte con la ayuda de un cuchillo afilado, nos desharemos definitivamente del problema.

 

Consejos para su compra y conservación

La endivia es una verdura que se suele vender empaquetada y refrigerada, porque es muy sensible. Para no fallar en la compra, elige aquellas que estén impolutas, bien limpias y sin presentar magulladuras. Su color ha de ser blanco intenso, excepto las puntas de las hojas, que presentan un tono verde amarillento. No compres aquellas que tengan manchas verdes oscuras o que tengan las hojas arrugadas.

Se recomienda su consumo inmediato, ya que van perdiendo textura y sabor con el paso del tiempo. No obstante puedes guardarlas en frío en el cajón de las verduras dentro de una bolsa de plástico perforada, para que respiren. No intentes congelarlas, no toleran las bajas temperaturas de congelación.

 

¿Cómo consumir la endivia?

La endivia es un alimento que se suele consumir al natural, es decir, sin cocinarlas de ninguna manera. Solamente hará falta limpiarlas bien, cortar la base más dura del tronco y separar las hojas.

En cocina su uso más habitual en  crudo, siendo protagonistas de infinidad de ensaladas (frías y templadas) y entrantes fríos, pero también resultan muy sabrosas a la parrilla, como guarnición de cualquier carne o pescado.

En una ensalada de endivias se puede añadir escarola, tomate, espárrago, atún, huevo, zanahoria, pimiento, gulas, salsa de roquefort, etc. Una forma original consiste en añadir una salsa de queso y frutos secos, anchoas, frutas, salsa de mostaza, de nueces o rellenar sus hojas con una mezcla de palitos de pescado y mayonesa o salsa rosa o tártara.

Otro modo de preparar las endivias es cocidas y consumirlas como si fueran espárragos, es decir, aliñadas con una salsa vinagreta o con un poco de mayonesa.

Es un acompañante de primera para los quesos de sabor intenso. Prepara una tabla de quesos y pon la endivia al lado para acompañarlos como si fuera pan.

En la cocina francesa es muy común verlas cocinadas. Las endivias gratinadas son casi el plato nacional y, la verdad, están riquísimas así. Además su gusto a nueces hace que conjugue a la perfección con productos tan franceses como el queso azul.

Al preparar una ensaladilla rusa, coge algunas hojas de endivia, pícalas bien pequeñas y mézclalas con los demás ingredientes. Conseguirás aportar un punto de amargura que combina perfecto con la ensaladilla rusa.

 

Endivias con roquefort y nueces

Para finalizar, os dejamos con esta receta de endivias que permite atenuar un poco el amargor y, por lo tanto, resulta perfecta para los escépticos de esta verdura que no acaban de comerse con demasiado gusto sus hojas. En cualquier caso, sumergirlas en agua puede ayudar a rebajar la intensidad.

 

Ingredientes:

  • 4 endivias
  • 100 gramos de roquefort
  • Nata líquida al gusto (aunque también podemos reducir con aceite de oliva)
  • Sal
  • Pimienta
  • Nueces

 

Preparación:

Dividimos el cogollo de la endivia en varios trozos longitudinales. Los disponemos en una fuente. A continuación, en un plato aparte vamos mezclando el queso roquefort con nata o aceite con el objeto de obtener una especie de salsa o crema que luego untaremos sobre la endivia que previamente hemos cortado. Una vez que obtenemos una pasta homogénea y untable, la diseminamos sobre la endivia. Después añadimos sal y pimienta. Rematamos con unos pequeños trozos de nueces decorando nuestras endivias.

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