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Las tradiciones mitológicas griegas asocian la uva a divinidades alegres como Dioniso (Baco para los romanos), dios de la fertilidad y el vino. Pero hay muchas otras curiosidades que contar sobre las uvas, algunas históricas, otras nutricionales, e incluso recetas especiales.

El cultivo de la uva, que comenzó en 6.000-4.000 a.C. en Mesopotamia, tenía para los pueblos de la antigüedad un valor profundo: marcaba los ciclos de las estaciones, representando la transición del verano al otoño, y era un símbolo de prosperidad y buena suerte.

Aparecía a menudo en la cultura popular y en las obras de arte: por ejemplo, tanto el fruto como la vendimia se retrataban en mosaicos y frescos romanos. Y quién no conoce la famosa fábula de Esopo “La zorra y las uvas”, en la cual una zorra ve un racimo de uvas e intenta alcanzarlas. Al darse cuenta de que está demasiado alto, desprecia las uvas diciendo:” ¡No están maduras! ”. La moraleja de la historia es que a menudo los seres humanos fingimos despreciar aquello que secretamente anhelamos y creemos que es inalcanzable.

 

Tipos de uva

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Básicamente, para no complicarnos mucho, podemos distinguir entre uva de mesa o de vino y uva blanca o negra.

Las uvas de mesa tienden a tener granos grandes y la piel delgada, mientras que las uvas de vino tienen la piel gruesa y granos pequeños. Hoy en día, los principales productores de uva de mesa son España, Francia e Italia.

No hay una gran diferencia en cuanto a los valores nutricionales entre la uva blanca y la negra. Las oscuras son un poco más ricas en hierro, las blancas ofrecen mayor efecto diurético.

 

Propiedades y beneficios para la salud

Lo que hace de la uva una fruta tan singular es que se trata de una baya y, como tal, es rica en fitonutrientes. Las uvas negras son ricas en antocianinas y resveratrol, mientras que en las blancas destaca la quercitina. Las propiedades beneficiosas y el alto valor nutritivo de estas sustancias está más que demostrado.

Las uvas son ricas en antioxidantes, su índice glucémico no es alto, sino medio; son ricas en fibra,  en hidratos de carbono (17%) de rápida asimilación; contienen vitamina C y entre sus minerales destacan el potasio, el cobre y el hierro, aunque también calcio, fósforo, magnesio, manganeso, azufre y selenio.

Hay quien no las consume por creer que son muy calóricas, pero 100 gramos de uvas nos aportan unas 70 calorías. Además, el aporte calórico de la uva queda compensado por su capacidad depurativa. Contienen más de un 80% de agua que ayuda a aligerar el organismo, y su calcio (15 mg/100 g) y otros elementos alcalinos estimulan el hígado (órgano que equilibra la acidez de la sangre y la limpia). Sus fitoquímicos ayudan al equilibrio glucémico de la sangre, porque estimulan el páncreas y la producción de insulina.

Entre los beneficios de su consumo para nuestra salud podemos destacar los siguientes:

Antioxidante. La piel de las uvas negras contiene resveratrol, una sustancia que bloquea los radicales libres, directamente relacionados con el envejecimiento y la degeneración celular. Por ello, hay quien considera a las uvas como un elixir de la eterna juventud.

Antiinflamatoria. La uva puede contribuir muy positivamente a la hora de mejorar enfermedades inflamatorias.

Desintoxicante. Las uvas actúan como desintoxicantes del hígado, mejorando problemas hepáticos. También son buenas para el riñón ya que ayuda a eliminar el ácido úrico gracias a sus propiedades diuréticas.

Para cuidar el corazón. Favorecen el buen estado de las arterias y el corazón. Mejoran la vasodilatación y disminuyen el riesgo de trombosis. Por su contenido en potasio ayudan a reducir la presión arterial, lo que las hace muy adecuadas para personas con hipertensión arterial.

La uva para gota, hipertensión y artritis. Las uvas favorecen el buen funcionamiento de los riñones. Este efecto es especialmente beneficioso para mejorar los casos de gota o ácido úrico alto. Además pueden beneficiarse del consumo de uvas las personas con tensión arterial alta y con litiasis renal.

La uva como diurético. Es una fruta que nos va a ayudar a eliminar de una manera natural el exceso de líquidos retenidos en el organismo y va a favorecer la expulsión de productos de desecho y toxinas de nuestro cuerpo.

Uvas para cuidar la vista. En este campo, las antocianinas de la uva no sólo son excelentes para prevenir enfermedades oculares degenerativas como las cataratas, sino que nos ayudan a mantener la agudeza visual durante más tiempo.

Uvas para las arrugas. Tienen la cualidad de retrasar la aparición de las arrugas, no en vano, existen multitud de tratamientos de belleza cuyo principal ingredientes es la uva machacada y aplicada sobre la zona a tratar. La uva cuida nuestra piel y la mantiene joven durante más tiempo.

Una leche vegetal. El zumo de uva ha sido comparado con la leche materna por sus propiedades nutricionales: tiene una cantidad similar de agua y proteínas y es rica en vitaminas y minerales, como el potasio y el hierro. Sin embargo, tiene una cantidad significativamente mayor de azúcar, lo suficiente para desaconsejar su consumo a los diabéticos.

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¿Por qué se comen las uvas en Nochevieja?

Las doce uvas que se comen durante las campanadas de Nochevieja reciben el nombre de uvas de la suerte. Es una tradición española, y por extensión de algunos países hispanoamericanos, que se remonta al siglo XIX o principios del XX, según diferentes teorías.

Son dos las teorías existentes sobre el origen de tomar uvas en Nochevieja.

La primera hay que buscarla en la década de los 80 del siglo XIX, cuando la prensa de la época se hace eco por primera vez de la costumbre de beber vino espumoso y de comer uvas en Nochevieja como una moda entre la burguesía española, especialmente la madrileña, a imitación de la que llevaba ya años entre los burgueses de Francia.

La segunda habla de la que se trataría, de ser cierta, la mejor campaña de marketing de todos los tiempos. Tendría su origen en el Alicante de 1909, cuando los productores de la uva Aledo, típica de la zona, tuvieron una cosecha tan excelsa que se vieron al final del año con un ingente excedente. Tras barajar diversas posibilidades sobre cómo sacar rentabilidad a todas aquellas uvas sobrantes, llegaron a la conclusión de que no había mejor forma que realizar una campaña publicitaria en prensa anunciando que las uvas traerían buena suerte a quien las tomara al ritmo de las doce campanadas para recibir el Año Nuevo. Entre esto y el bajo precio al que se pusieron las uvas por el exceso de oferta, dio comienzo una tradición que dura hasta nuestros días.

Que las uvas de Nochevieja que se coman sean doce puede tener dos explicaciones: que sea por los doce meses con los que cuenta un año o, por las doce campanadas que suenan en la última hora del año. Posiblemente sea una mezcla de ambas. Lo cierto es que se cree que ingerir uvas en Nochevieja trae buena suerte para el resto del año.

 

Recetas curiosas

Las uvas crudas son deliciosas y versátiles, se prestan a formar parte de macedonias, mueslis, tartas y todo tipo de dulces. Pero también las podemos incorporar en recetas saladas para conseguir un toque agridulce como, por ejemplo, de guarnición para un asado de cerdo.

Además, las hojas de la vid también son comestibles.  En la cocina griega se escaldan en agua hirviendo y luego se usan para envolver un relleno de arroz aromático hervido con cebolla y varias hierbas. Sólo hay que poner el relleno en el centro de la hoja y doblar los extremos para formar un paquete. Por último, hay que poner los rollos en el fondo de una olla alta, en la cual se agregará agua y zumo de limón. El conjunto se hierve hasta que no se absorbe completamente el agua.

Por otra parte, las formas creativas de presentar esta fruta en el momento de las campanadas son infinitas, aunque aquí os dejamos tres sugerencias:

  • En forma de brocheta: clavando las doce uvas en un palo, y rematando la punta con un lacito de adorno. Puedes colocarlas dentro de un jarrón de cristal de cuello largo, para que tus invitados los vayan cogiendo de uno en uno.
  • Ramillete con palos de chupa chups: clavando cada una de las uvas en un palo y atándolos finalmente por su base, con lo que creará un efecto precioso.
  • En cestitas de mimbre: son muy baratas y quedan fenomenal sobre la mesa. Incluso en algunos establecimientos ya se venden con esta presentación.

Pero sin lugar a dudas, la mejor tradición es pasarlo a lo grande con las personas que quieres. Así que ya sea con familia, amigos, mascotas o en tu propia compañía, por qué no, esperamos que disfrutes mucho de esta fruta dionisíaca y, por favor, ¡que no se te atraganten las uvas!

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